Durante el califato la ciudad de Córdoba se convirtió en la capital de al-Andalus y de este modo pasó a ser no sólo en un centro de poder, sino un lugar que concentraba a filósofos, comerciantes, matemáticos.... Su población creció en poco tiempo y sus edificios también lo hicieron junto a las nuevas necesidades. Dos importantes monumentos nos hablan de este periodo: la Mezquita y Medina Azahara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario